Jodie Foster, siempre ha declarado su creencia en la posibilidad de vida extraterrestre, por lo cual, ahora es socia de un laboratorio que se especializa en busca de ésta. El “Instituto en busca de inteligencia extraterrestre”, (SETI: por sus siglas en ingles), estaba a punto de cerrar sus instalaciones a falta de fondos, por lo cual, sus científicos decidieron abrir un sitio de internet para recaudar dinero. Cual fue su sorpresa que la actriz Jodie Foster, contestó a su petición y envió nada más y nada menos que 200,000 mil dólares para re-abrir las puertas de dicho instituto.
Se dice que la propia Foster ha tenido contacto con OVNIS, sin embargo, hasta el momento la actriz no ha declarado acerca de su participación en dicha organización.
Nota: Curiosamente, Foster es la protagonista de la película “Contacto”, donde interpreta a una de las científicas que trabajan en el proyecto SETI. Aquí les adjunto la escena más memorable de ese film donde viaja en un dispositivo que fue diseñado por extraterrestres y confeccionado por humanos.
Según el investigador estadounidense David Wilcock, Carl Sagan, el autor del libro que originó la citada película, se basó en algo real, pero sumamente secreto, como lo es el Proyecto “Looking Glass”. Tal aparato imitaría el funcionamiento de la glándula pineal alojada en nuestro cerebro, la misma que nos proporciona los sueños y que algunos esotéricos afirman que también sirve para realizar viajes astrales y hasta tener visualizaciones del futuro:
Los viajes en el tiempo son una fascinación para muchos, pero ¿qué pensarían si les dijera que eso es posible y ya se ha hecho en el pasado? Suena algo loco decirlo, pero la verdad es que ya ocurrió. Los mismos científicos que trabajaron en el denominado “Experimento Filadelfia”continuaron con sus investigaciones secretas. En ellas aplicaron tecnología inversa a partir de naves extraterrestres estrelladas (y capturadas) en Roswell, Nuevo México (1947). A estas operaciones, las llamaron “Proyecto Looking Glass” (catalejo) y básicamente se concentraron en diseñar una máquina capaz de viajar hacia el futuro. Este aparato consta de dos partes sustanciales, la primera, el cuerpo, que es una esfera rodeada por una serie de anillos y dentro de ella: una silla. Los anillos giran alrededor de la esfera produciendo una gran cantidad de energía electromagnética (muy parecido a lo que aparece en la película “Contacto”). Tal acción imita el funcionamiento de nuestra glándula pineal (“tercer ojo” como lo llaman las antiguas civilizaciones).
La glándula pineal es sumamente importante para nuestro organismo: Cuando dormimos, nuestro cerebro descansa, pero esta glándula, alojada al interior de la cabeza (a la altura de la frente y en medio de los dos ojos) y con la forma de una piña, envía una sustancia llamada “melatonina” [sustancia corporal que nos permite ver imágenes mientras dormimos (sueño)].Dentro de la misma, también existe
otra sustancia, la DMT que es la que pone el sello al flujo de melotonina cuando despertamos. Hay veces es que este proceso no funciona bien y la DMT no cumple con su labor, haciendo que se vean “cosas extrañas” mientras se está despierto. Eso es justamente lo que les pasa a los esquizofrénicos y a quienes son adictos a las drogas…
Regularmente vivimos en lo que llamamos realidad (3D), pero cuando morimos, nuestra alma se separa de nuestro cuerpo y viaja a otra dimensión. Algo parecido nos pasa cuando dormimos, viajamos hacia otras realidades. Quienes logran hacer esto despiertos mediante la activación de la glándula, experimentan otras sensaciones y son capaces de entablar diálogos con entidades superiores, a la vez que pueden ver desde arriba, según sea el grado de experticia, todo lo que ocurre a su alrededor. A medida que se asciende, se ve la circunferencia de la Tierra, el resto de los planetas del Sistema Solar y se comprende mucho mejor nuestra relación con el Universo. Sin embargo, lo más espectacular, es que de esa forma se puede viajar en el tiempo (tener visiones del futuro). Así funcionaban ciertos oráculos en la Antigüedad que estimulaban su glándula pineal (tercer ojo) y podían predecir cosas.
Bueno, la nave estrellada en Roswell, Nuevo México en 1947 poseía una tecnología inversa que imitaba el funcionamiento de la glándula pineal. Los científicos norteamericanos, conscientes que la capacidad de viajar en el tiempo, usando tecnología alienígena, podía ser de gran ayuda para EE.UU., confeccionaron una máquina del tiempo y en su interior colocaron una silla especial, creada en base al diseño de los “ETs”. ¿Qué podía hacer esa silla y la máquina en general y cuáles fueron los resultados de esos experimentos que en su conjunto se llamaron “Looking Glass” (Catalejo)? Este aparato lo han utilizado para cosas sumamente complejas, como por ejemplo, ganar elecciones...
Bien, sabemos que la glándula pineal o tercer ojo, es un órgano alojado al interior de nuestro cerebro y que no sólo es capaz de producir el sueño, sino también nos permite hacer viajes astrales. Cuando en 1947 un grupo de soldados estadounidenses encontró un ovni estrellado en Roswell, Nuevo México, lo que hallaron allí no sólo fueron cuerpos moribundos de extraterrestres, además encontraron valiosas tecnologías que fueron ocupadas posteriormente por el Pentágono. No obstante, por ahora sólo nos ocuparemos de un objeto en particular: la silla donde se sentaba el piloto de la nave.
En estos ovnis, el ser se sentaba, pensaba en algo y cuando lo hacía, se abría un vórtex para ir a través de un agujero de gusano y aparecía en el otro lado. Eso es lo que hace la silla, la silla es la conexión con la conciencia, es un amplificador psíquico. Detecta las funciones psíquicas innatas y las hace inmensamente más poderosas. Los militares tuvieron ayuda, aparentemente, de extraterrestres de Sirio para diseñar la silla y ésta, insertada dentro de la esfera del proyecto Looking Glass, les permitió viajar a través del tiempo. Lo más increíble que conocieron fue lo referente al 21 de diciembre de 2012. Cada voluntario que se topaba con esa fecha relató, posteriormente, que le sucedía un “rebote”, como que sentía un golpe. Cuando les pasaba esto, vivían una experiencia religiosa inimaginable... conciencia cósmica: sus conciencias se trasladaban hasta un lugar donde no existía ni el tiempo ni el espacio, sino el conocimiento absoluto y total, podían ser desde una partícula sub-atómica hasta una galaxia, es decir, ir hacia donde quisieran y hacer lo que quisieran (algo muy parecido a lo que le pasó al personaje de Jodie Foster en la película “Contacto”).