Cuando comencé el proyecto StarViewerTeam, nada tenía. Me alimentaba de los armónicos de mi piano y toda mi energía la dedicaba a escribir en esa humilde web que hoy ya es todo un referente de la conciencia en España.
Pero antes de ese hoy hubo un ayer. Y en ese ayer, mi esencia era enteramente desprendida, en el momento que decidí dedicar mi vida y todo mi conocimiento y experiencia al servicio de los demás, de los que sufren, de los débiles y de los necesitados. Decidí así poner la ciencia al servicio de la conciencia. Poco a poco, otros muchos científicos se fueron sumando a esta iniciativa y hoy tenemos este tesoro.
Me siento profundamente feliz en esa misión, pues es la única forma en la que mi verdadero yo, trasciende lo material. Y por nada de este mundo cambiaría esa vida de servicio a los demás. Jamás cambiaría mi esencia.
Han pasado ya dos años desde aquella experiencia en la que tuve contacto con mi ser de luz, y ha cristalizado dentro de mi.
Hace muy poco salí a la calle y me fijé en un ser que estaba recostado en un banco sin nada, mirando fijamente al cielo y me arrodillé ante él y lloré, se incorporó y me dijo que por qué hacía eso, que si no sentía vergüenza al hacerlo y le invité a un café, le regalé una bolsa de ropa limpia y me abrió su corazón, comparte su experiencia conmigo y este ser me cuenta:
“Yo era Doctor en física y daba clases en un colegio privado muy prestigioso. Hace un año y medio, me despidieron porque consideraron que tenían que recortar plantilla. Me indemnizaron, y le di a mi mujer todo el dinero de la indemnización, que ella destinó al arreglo de la casa y a rescatar parte de la hipoteca que estábamos pagando. Me apunté al paro con la esperanza de encontrar un trabajo, pero fue imposible, pues nadie quería contratarme, ni siquiera a cambio de enseñar gratis. Cuando se me acabó el Paro, mi mujer y mis dos hijas, me echaron de la casa el día de nochebuena. No tenía donde ir, y hacía mucho frío. Todos mis amigos me dieron la espalda y sólo tenía un billete de 20 Euros en el bolsillo, así que compré vino, leche y una manta para poder sobrevivir. Todo se me vino encima aquella noche y decidí esperar y desde entonces hasta hoy, visito comedores de caridad y duermo en los bancos de la ciudad. Paso el día mirando al cielo y rezando, porque no puedo entender nada de lo que está pasando en esta sociedad.”
Cuando este hombre me cuenta su historia yo rompí a llorar. Me emocionó, pues la conozco bien. Yo también la viví. Le abracé fuerte y lloramos los dos, y le acomodé en casa de unos amigos, lectores de StarViewer que le acogieron con amor. En ese momento, sentí que debía ayudarle, aunque aún no sabía cómo, y pensé que ya se me ocurriría algo, así que decidí emplazarle al día siguiente en una cafetería para seguir conversando.
Cuando este hombre me cuenta su historia yo rompí a llorar. Me emocionó, pues la conozco bien. Yo también la viví. Le abracé fuerte y lloramos los dos, y le acomodé en casa de unos amigos, lectores de StarViewer que le acogieron con amor. En ese momento, sentí que debía ayudarle, aunque aún no sabía cómo, y pensé que ya se me ocurriría algo, así que decidí emplazarle al día siguiente en una cafetería para seguir conversando.
El resto del día, no me podía quitar aquél encuentro de la cabeza, y decidí enseñarle a hacer lo mismo que yo hice cuando estaba en su situación. Decidí enseñarle a gestionar su propia esencia y adiestrarle a generar y administrar una página web, donde pueda expresar sus conocimientos y compartirlos para poder salir hacia adelante y tratar de calmarle y quitarle los miedos, ayudando a transformar su ira, dolor y miedo en amor hacia los demás, optimismo y creatividad interior.
Así hice, y durante una semana decidí compartir con él los primeros días del 2011,le configuré una web en wordpress, hasta que él se sintió con fuerzas de seguir sin mi ayuda. Parecía otro, le brillaban los ojos y se le veía feliz, y le prometí que si necesitaba algo no dudara en llamarme. Ana y Luis, los dos lectores que me ayudaron y le acogieron, fueron pieza clave en este proceso.
Ha transcurrido apenas un mes y hoy he vuelto a verle. Está irreconocible. Feliz, le brillan los ojos y se siente libre. Ha conseguido dar clases particulares de física a unos chavales, y se ha enamorado de la prima de Ana que le ha correspondido. Su página web comienza a producir ya excelentes artículos de física. Ana y Luis están muy felices, y él y su chica, han decidido irse a vivir juntos. Parece otro, está muy guapo. Todo en un mes. Así que cuando le he visto, apenas podía contener las lágrimas por la emoción y rompí a llorar. Me dio un abrazo muy fuerte y me dijo:
“Tienes razón cuando dices que las almas y los corazones regresan siempre al lugar donde tienen su Orión. Sólo hay que pararse a dar gracias y valorar lo que se lleva dentro, mirar desde dentro hacia fuera y el amor sale”.
“Tienes razón cuando dices que las almas y los corazones regresan siempre al lugar donde tienen su Orión. Sólo hay que pararse a dar gracias y valorar lo que se lleva dentro, mirar desde dentro hacia fuera y el amor sale”.
No hay nada material en este mundo que pueda compensar la felicidad que hoy siento escribiendo estas líneas, porque nada me llena más que contemplar la materialización del amor en los seres humanos cuando se desprenden de todas las densidades de la materia y aparcan los odios, los miedos y los egos. También sé que he ganado un amigo incondicional para siempre y en fin….
Quiero compartirlo con todos los lectores, porque en estos momentos, ciencia, conciencia y amor son inseparables entre sí. Aquí ya no queda sitio para los egos, ni para los títulos.
Sin el amor incondicional, De nada servirán los Títulos, los Doctorados, las posiciones y la materia. Es tiempo para hacer proyectos, acciones y obras de capital impulso desde el amor y al servicio de los más débiles, los más necesitados y la humanidad consciente y soberanamente legitimada.
Después de esta experiencia tan sublime, he decidido ser ejemplo y romper todos mis títulos académicos, porque es el único apego que aún conservo a la materia. El amor a la humanidad no se impulsa con títulos, posiciones, sino con acciones, con sentimientos y con amor incondicional. Y es responsabilidad de todos hacerlo, en especial de la comunidad científica actual.
Si eres científico y tienes conciencia, ponte al servicio de la humanidad, del necesitado y del débil, nunca del lado del poder, porque estarás siendo cómplice del opresor. Se deja de ser científico cuando se pierde el amor. Ciencia y conciencia deben ser una misma realidad. Piensa en ello.
A partir de este momento seré el más humilde entre los humildes y el servidor incondicional de todos. En este lado de la realidad del nuevo paradigma, se valora el conocimiento, el amor, el impulso, la conciencia y el servicio al otro. Aquí no hay títulos, ni posiciones ni egos, pero sí proyectos y personas conscientes y felices.
A Luis y Ana, Gracias de corazón. Y a mi nuevo e incondicional amigo, recibe todo mi amor y admiración. Y al resto de los lectores mi agradecimiento, por ser como Luis y Ana.
StarViewer Team International 2010.
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